Había salido.
Caminaba solo.
Al encuentro.
Cuando descubrió de pronto, que su zapatilla izquierda estaba contra las cuerdas.
Pedía tiempo, clemencia, abandono.
Todo junto.
Se destartalaba a cada paso.
La suela ya no quería acompaniar al resto de la zapatilla.
"Upa!" pensó.
"Se me hizo mierda la zapatilla!".
Pero no iba a ser ese un impedimento tan grande como para no continuar.
Así que junto todas sus fuerzas, y se mentalizó:
"Voy a encontrar un rollo de silver tape en la calle".
"Voy a encontrar un rollo de silver tape en la calle".
"Voy a encontrar un rollo de silver tape en la calle".
Y así siguió, con la zapatilla izquierda chancleteando.
Mirando a todas partes, a cada rincón que se encontraba.
Mentalizado en la silver tape.
Pero algó falló.
Quizás no se percató de que estando en un país extranjero, la mentalización debería ser en otro idioma.
O quizás sus pretenciones eran demasiado altas para que se materializaran tan rápido.
Cualquiera de las dos opciones, la cuestión es que el hallazgo fué otro:
Un globo.
No silver tape.
Un globo.
Pero dejando de lado todas las diferencias que a simple vista pueden aparecer entre un globo y una cinta silver tape, lo tomó decido a ayudar con eso a su cansada zapatilla, que a cada paso gemía con un "plaf" cuando la resagada suela volvía a encontrarse a destiempo con el resto de la zapatilla.
Y la arregló nomás.
Ató el globo alrededor de la zapatilla, cerrando el nudo sobre el hueco para meter el pie, y pisó el nudo cuando se calzó la zapatilla, tensando aún más el arreglo.
Quizás tensandolo demasido...
El arreglo ahora le incomodaba un poco el pie...
Pero el chancleteo había cesado, y así pudo continuar.
Al menos por el momento, el problema se había resuelto con un poco de poder mental...
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sos un hijo de putaaaaaa
ResponderEliminarCasi feliz cumpleaños.